Los países occidentales tienen problemas de adicción, pero no se trata sólo de drogas o alcohol, es también con el azúcar. El azúcar está en casi todo lo que comemos, no sólo en los aperitivos altamente procesados o empapados de fructosa que nos encantan, también están ocultos en los alimentos “saludables” que la mayoría de la gente no se imagina, como el pan, frutas y productos lácteos.
Según investigaciones, el occidental promedio consume más de setenta libras de azúcar cada año, a pesar de que una dieta alta en azúcar puede ser perjudicial para casi todos los ámbitos de la salud y la belleza. Los efectos secundarios no son sólo la ganancia de peso, son el envejecimiento prematuro y un mayor riesgo de diabetes, aterosclerosis, enfermedades del corazón e incluso cataratas.

